Simbología: La Puerta de Bronce
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Descripción de la puerta
Asumiendo las indicaciones y propuestas de los responsables de la obra, Párroco y Arquitecto, la iconografía de la puerta, planteada con cuatro hojas, muestra en su conjunto un guión complejo con selección de temas cristológicos-eclesiales-escatológicos.
Preliminares
La puerta tiene en la tradición un alcance espiritual trascendente. Dada la significación del templo en medio del mundo, la puerta es más que paso de recinto a recinto, es apertura al más allá, y el más allá no nos es familiar: “qué terrible es este lugar, la casa de Dios y el camino del cielo” (Gn 28,15). Es símbolo cósmico que alude a estados. Pero es también símbolo místico que alude al Paradigma, Cristo: “yo soy la puerta; el que entre por mí se salvará” (Jn 10,7-9). Por eso, en la inauguración, la puerta se unge con crisma (Cf Jean Hani, El simbolismo del templo cristiano. Sophia perennis, Barcelona 1983, 76).
Al franquearla se realiza un gesto simbólico de gran calado, se busca presencia, se rompe el ritmo de lo cotidiano y se prepara un cambio profundo, para una conversión:
“Oh tú que dijiste: “Yo soy la Puerta”, muéstranos la Morada cuya Puerta eres y dinos en qué momento y a quiénes la abres. La Casa cuya puerta eres es el cielo en que habita tu Padre” (Guillermo de Saint-Thierry, cit en Jean Hani 82)
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